La vida te da sorpresas!!!

Como se veía venir desde la sentencia de la Corte de Apelación, el tiempo se acabó para Ramón Báez Figueroa y tres de sus cómplices. La Suprema Corte de Justicia rechazó conocer el recurso de casación que interpusieron contra su condena y los convirtió en condenados firmes. A partir de ese momento todos los caminos los conducían a Najayo.

Se acabaron el boato, las portadas de publicaciones “sociales”, las villas en Italia (es que en La Romana tiene cualquiera), las propinas de miles de pesos en los salones de belleza, la adulación de todo el que esperaba una borona, el poder político que el dinero puede comprar, las influencias. Nada de eso se puede disfrutar desde Najayo (algo queda, pero dudo que se disfrute mucho).

Lo que le brinda el matiz trágico a todo esto es que, en buena medida, la causa de la caída fue el orgullo desmedido de los protagonistas. Creyeron que eran intocables. Y lo eran hasta que la magnitud de su acción criminal cambió las reglas del juego. Ellos mismos crearon las condiciones para su desgracia.

Pero las ironías del destino no acaban ahí. Agotados todos los recursos a su alcance en el país, ahora los condenados anuncian que se dirigirán a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. ¿Por qué ironía? Porque sus abogados, representantes también de la derecha más recalcitrante en el país, han despotricado mil y una vez contra la Corte e incluso han negado su competencia sobre hechos que ocurren en el país.

A pesar de la seriedad que implica el sometimiento del país ante la Corte Interamericana, no dejará de ser divertido ver a cierta familia de abogados dominicana acudiendo allí para proteger los derechos de su defendido. Ojo, tienen derecho a eso. Pero lo que no es sostenible es quejarse de que esa Corte actúe para proteger los derechos de los dominicanos de ascendencia haitiana y al mismo tiempo ir allí a defender los derechos de lavador de dinero.

¿Cómo se puede conciliar la denuncia estridente de la Corte con esta decisión? Hay explicaciones válidas. Por ejemplo, un abogado debe hacer todo lo que esté a su alcance para defender los derechos de su cliente. Incluso si esto implica acudir ante una jurisdicción que antes se rechazaba, pues bien.

Ahora, el problema en este caso es que la denuncia que hicieron de esta Corte fue más allá de lo académico. Quisieron presentar su jurisdicción sobre el país como una especie de herida de muerte para la autodeterminación del pueblo dominicano. Quien los ha visto y quien los ve.

Es de esperar que a partir de ahora disminuyan las críticas a la competencia de la Corte para conocer casos como el de las niñas Yean y Bosico. Me parece que si la Corte es capaz de conocer el caso del lavador de dinero también puede conocer el de las niñas dominicanas por vía del jus soli y el jus sanguini. ¿No?

Entiendo que esto es un paso de avance en la eliminación de la hipocresía que permea el debate público en el país. Ya puedo ver a muchos pseudonacionalistas defendiendo el derecho de Ramoncito de presentar su caso ante la Corte. Hasta ahí estaremos de acuerdo. Lo lindo va a ser cuando tengan que conciliar esa posición con su desprecio por los derechos legales de los descendientes de haitianos.

Y el espectáculo va a ser más interesante aún si la Corte llegara a fallar a favor de Báez Figueroa. Porque entonces muchos de los que han llamado a los dominicanos para que acudan a las barricadas contra la “injerencia” de la Corte van a reclamar que el Estado cumpla los mandatos de esta.

Cuanta razón tenía Blades. La vida te da sorpresas…CD

Publicado por: Sócrates Mercedes.-