El pueblo soberano elige sus representantes. Los representantes, una vez elegidos, se representan a ellos o a sus partidos.
El pueblo pierde su condición de soberano y queda convertido en súbdito, hasta la próxima elección.
Esta situación crea un desequilibrio de poder que favorece a las autoridades en detrimento de los ciudadanos.
Los elegidos, sabedores de que pueden perder el favor de la ciudadanía y no el cargo, gobiernan olvidando el bien común.
La posibilidad de revocación del mandato restablece el equilibrio, devolviendo al ciudadano la posibilidad de retirar el poder otorgado.
Ese empoderamiento ciudadano, no puede ser un peligro. DL
Publicado por: Sócrates Mercedes.-
El pueblo pierde su condición de soberano y queda convertido en súbdito, hasta la próxima elección.
Esta situación crea un desequilibrio de poder que favorece a las autoridades en detrimento de los ciudadanos.
Los elegidos, sabedores de que pueden perder el favor de la ciudadanía y no el cargo, gobiernan olvidando el bien común.
La posibilidad de revocación del mandato restablece el equilibrio, devolviendo al ciudadano la posibilidad de retirar el poder otorgado.
Ese empoderamiento ciudadano, no puede ser un peligro. DL
Publicado por: Sócrates Mercedes.-
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