
Es por tanto lógico desde un punto de vista personal y social que los seres humanos queramos practicar cuanto más sexo mejor.
¿Cuando se convierte en un problema?
El sexo se convierte en un problema de la misma manera que otras actividades de la vida diaria pueden resultar problemáticas: cuando se pierde el control, sobre las mismas e empieza a interferir con nuestra vida o la de los que nos rodean. Actividades tan inocuas como comer, hacer ejercicio, trabajar o incluso leer libros puede convertirse en una “adicción”.
También interviene claramente una cuestión cultural y social. Hay culturas donde conductas como la masturbación se entienden como perniciosas y reprochables, y aquella persona que no es capaz de controlar sus instintos es vista como un desviado, un adicto al sexo. Quizá por esto no existe acuerdo entre la comunidad médica y psicológica
Para empezar, no es una cuestión de cuanto sexo se práctica. Una persona sana puede tener una vida sexual muy activa, y no por ello ser un adicto al sexo. El problema empieza cuando la actividad sexual o la obsesión por la actividad sexual empiezan a interferir con la propia vida o la de otras personas. Por ejemplo, es posible que la obsesión con el sexo interfiera con la capacidad de una persona para formar una pareja estable, ya que no puede evitar implicarse en otro tipo de actividades sexuales fuera de la pareja.
La adicción al sexo puede también desembocar en actividades ilegales, como el exhibicionismo, llamadas telefónicas obscenas, acoso, etc. De cualquier forma, hay que señalar que los adictos al sexo no se convierten necesariamente en acosadores sexuales o violadores.
Segun WebMed, los comportamientos asociados a la adicción al sexo pueden incluir:
- Masturbación compulsiva
- Relaciones extramaritales
- Múltiples parejas sexuales o sexo anónimo
- Uso consistente de la pornografía
- Sexo inseguro
- Cibersexo
- Prostitución o uso de servicios sexuales
- Exhibicionismo
- Citas obsesivas a través de anuncios clasificados
- Voyeurismo
- Acoso sexual
- Tocamientos o violación
Hay que dejar claro que esto son comportamientos que presentan los adictos al sexo, pero no quiere decir que todos los que los practiquen lo sean, ni mucho menos. Hay que hacer hincapié que el sexo es una actividad positiva y que no hay una “manera correcta” de vivir la sexualidad.
La persona adicta al sexo no tiene gran satisfacción de la actividad sexual y no forma lazos afectivos con sus parejas sexuales. Además, la adicción al sexo lleva a sentimientos de culpabilidad y vergüenza. Un adicto al sexo también siente falta de control sobre su comportamiento a pesar de las consecuencias negativas. Psicología

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