
Santo Domingo/PCS/CD.-Las palabras y frases genéricas son como las máscaras, sirven para ocultar, disimular la realidad o la intención aviesa, y al mismo tiempo exhibir una pose, una simple pose más o menos heroica y quedar bien con todos.
La palabra, dicen los clásicos del marxismo, es el primer ejercicio del poder, y también de la desfachatez.
Cuando el presidente de la Suprema Corte de Jutisia (sic) pide genéricamente investigar la fortuna de los funcionarios, todo el mundo entiende que en realidad no habla en serio, que se ha puesto una máscara para la ocasión, una simple máscara que le permite lucirse ante la prensa. Solamente está posando como una modelo de pasarela.
Cuando los jefes militares y policiales afirman categóricamente que serán implacables contra la delincuencia y el narcotráfico todo el mundo entiende, menos ellos, que en realidad se trata de un chiste de mal gusto que enmascara una imposibilidad real y una intención ficticia. Ellos también están posando, aunque no en pasarela, como el Supremo, sino en un desfile, en una parada militar, con sus vistosos uniformes.
Cuando procuradores y fiscales se pronuncian contra la corrupción se entiende que es un simple pronunciamiento, pura retórica, otra máscara para llenar requisitos aparentes en el ejercicio de sus funciones. Posan con toga y birrete.
Su Eminencia Reverendísima pasa y posa con la máscara que nunca se quita, pide a gritos a las autoridades ser implacables contra la corrupción, la delincuencia y el narcotráfico sin señalar responsables. Toda su denuncia es genérica. Es la denuncia y complicidad del enmascarado de púrpura que vive en un palacio construido por el Padre de la Corrupción.
La máscara más ridículamente risible es la se pone el monarca constitucional de la Res Pública cuando anuncia, por ejemplo, una revolución moral a base de fuerza de cara, de descaro, con un talante de hombre serio que cualquiera se toma en serio.
El nombramiento de Peña Guaba en la Lotería Nacional es parte de esa revolución moral. Máscara que se convierte en mascarada, en un disfraz completo de carnaval vegano.
La revolución moral exige la espada del samurai y un harakiri colectivo, incluso el feminicidio.

0 comentarios: on "Las palabras y las máscaras!!!"
Publicar un comentario