Cuando uno lee el informe que preparó el PNUD, a petición del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, lo primero que salta a la vista es que este país no ha progresado, todo lo contrario a lo que se mira con los ojos de la cara.
El informe es un catálogo de males y los avances los descarta en una línea: "aunque se han realizado avances, los problemas..." etc., y me creo en el deber de afirmar que este país y su gente han progresado mucho desde 1961 para acá.
Es evidente que siempre se puede hacer más y yo me suscribo entre los que creen que debimos hacer más, pero lo que se ha hecho es impresionante.
El país está sembrado de obras de infraestructura; existe una clase empresarial, se han ido organizando los poderes públicos; ha habido crecimiento económico y éste le ha llegado a muchísima gente, entre ellos, los miles de profesionales que hoy disfrutan de mejor vida.
No hemos creado mejores ciudadanos por la nefasta influencia de la pobreza ancestral en que hemos vivido y los políticos se han servido de esa pobreza para enriquecerse.
Las fallas en los procesos de institucionalidad son atribuibles exclusivamente al liderazgo nacional que no ha probado tener un compromiso serio y permanente con los mejores destinos del país.
Nuestros políticos sólo concertan en su propio provecho y su ejemplo permea la sociedad. Es ahí donde se necesita el cambio más profundo.
Nuestra gente lucha y se supera y eso no se puede negar. DL
El informe es un catálogo de males y los avances los descarta en una línea: "aunque se han realizado avances, los problemas..." etc., y me creo en el deber de afirmar que este país y su gente han progresado mucho desde 1961 para acá.
Es evidente que siempre se puede hacer más y yo me suscribo entre los que creen que debimos hacer más, pero lo que se ha hecho es impresionante.
El país está sembrado de obras de infraestructura; existe una clase empresarial, se han ido organizando los poderes públicos; ha habido crecimiento económico y éste le ha llegado a muchísima gente, entre ellos, los miles de profesionales que hoy disfrutan de mejor vida.
No hemos creado mejores ciudadanos por la nefasta influencia de la pobreza ancestral en que hemos vivido y los políticos se han servido de esa pobreza para enriquecerse.
Las fallas en los procesos de institucionalidad son atribuibles exclusivamente al liderazgo nacional que no ha probado tener un compromiso serio y permanente con los mejores destinos del país.
Nuestros políticos sólo concertan en su propio provecho y su ejemplo permea la sociedad. Es ahí donde se necesita el cambio más profundo.
Nuestra gente lucha y se supera y eso no se puede negar. DL
0 comentarios: on "El informe del PNUD"
Publicar un comentario