El Gobierno, sin dinero para las realidades.

La licitación para la concesión del Metro fue declarada desierta. La ausencia de postulantes forzó la decisión. La OPRET, que tiene un buen trecho andado, se descubre rodeada de arena por todos lados y sin ningún oasis financiero a la vista. La sed es abrasadora, pero la liquidez es insuficiente para jornada tan soleada. El Gobierno, sin dinero para las realidades, tampoco lo encontrará para el sueño infantil del ingeniero Diandino. La segunda línea gozaba de mayor apoyo que la primera por la posible inversión privada. Ese plan resultó un espejismo. Peña sufrirá la pena de escarbar fondos para acabar. hfigueroa DL